Linda y Jordi tienen el “corazón partío”, como la canción de Alejandro Sanz. Y como bien lo dice la letra de esa composición, cuando se los conoce a ambos desde la platea, son varias las preguntas que el público se hace. Y la canción del cantautor español parece plantear algunos de los interrogantes del espectador, cuando dice: “¿quién me va a entregar sus emociones, quién me va a pedir que nunca la abandone, quién me tapará esta noche si hace frío, quién me va a curar el corazón partío?”
SITUACIONES IMPREDECIBLES
Pero bueno, mejor no seguir con esa canción e internarse en la divertida y traviesa comedia de Rodolfo González Estévez, un autor con amplios créditos en su haber, que salpica su historia de dos típicos personajes de barrio, con situaciones tan insólitas, como absurdas e impredecibles que sorprenden al público, que, prácticamente, no deja de reírse con lo que hacen estos dos solitarios en el escenario.
UNA CHICA DE BARRIO
Lo primero que sabemos es que ella, Linda Vilanoba corta el pelo en su peluquería del barrio de Boedo y mientras corta, tiñe y peina, sueña con el amor ideal. Aunque, como un buen arquetipo de chica de los ´60, ha probado, en apariencia, todo: las anfetaminas, el amor libre, el sexo sin culpas. Pero su corazón ha quedado ahí, anclado cuando él se fue y dejó puntos suspensivos en la relación.
Lo concreto es que hasta esa peluquería de barrio llega Jordi Caramés, un galán con aspiraciones de estrella, que lleva un sombrerito a lo Mike Hammer, el detective de aquella vieja serie de los ´60 y le dice a Linda que busca a una mujer, con su voz impostada. La peluquera que está ávida de aventuras parece a punto de clavarle sus colmillos y con esa sonrisa típica de geminiana le ofrece un corazoncito Dorins para conquistarlo.
JUEGOS DE SEDUCCION
De ese primer juego se seducciones esquivas, con un galán que se hace el desentendido, ambos pasan a una especie de cacería del gato y el ratón, hasta que en medio de lo absurdo de las situaciones Linda desenfunda un arma y el público inquieto cree haber ingresado en una escena de ´Misery´ el filme con la inconfundible Kathy Bates y James Caan, en la que parece que la vida del galán peligra, pero al llegar a este punto el autor le ofrece al público elegir el final de la contienda; y para hacerlo, tendrá que levantar una u otra tarjeta, como la de los árbitros de fútbol, que se entregan al ingresar a la sala.
COMEDIA DE BOULEVARD
Comedia de ingenio, con situaciones de las legendarias comedias de boulevard, los personajes se deslizan como en patineta por situaciones que si bien resultan reconocibles, no por eso inquietan, despiertan la atención, la avidez de de dejarse llevar por esa diversidad de acontecimientos tan irreales como románticos o ingenuos, a los que la pareja de intérpretes les aportan un valor que atrapa desde la primera escena.
Para quién esto escribe fue un deleite observar en un registro interpretativo absolutamente inusual, distinto y muy bien trabajado, a Ernesto Donegana, al que vimos siempre en personajes disímiles y muy bien elaborados, como en “Respirar”, la ópera “Beatrix Cenci” o “Sagrado bosque de monstruos”. El actor tiene un nivel de entrega escénica tan admirable como que su sola presencia despierta interés. A su lado Lizzy Mansilla, con el aval de una carrera hecha acá y en el exterior, le aporta no sólo esa ingenuidad, con una pizca de maldad que requiere su personaje, también se acomoda y muy bien a esa constante melodía de ritmos sorpresivos que exige la pieza de González Estévez y que tanto ella, como su compañero de ruta, le otorgan una entrega que exhibe un amplio conocimiento del oficio de la actuación.
Calificación: Muy buena
Juan Carlos Fontana
Ficha técnica:
Hipnótico, el cielo prometido. Autor: Rodolfo González Estevez. Intérpretes: Ernesto Donegana y Lizzy Mansilla. Vestuario y escenografía: Stella M. Giordano. Iluminación: Leticia Agesta. Müsica: Rony Keselman. Coreografía: Mecha Fernández. Sala: teatro Del Pasillo, Colombres 35. Funciones: sábados, 20.30. Localidades: $250.-
