“Varón pa´ quererte mucho” el excelente musical de Marisé Monteiro, con los gemelos Ariel y Pablo Juin, reinventa el tango argentino

En “Alma de suburbio”, de 1900 y pico, el poeta Evaristo Carriego escribe que “en la calle, la buena gente derrocha sus guarangos decires más lisonjeros, porque al compás de un tango, que es La Morocha lucen ágiles cortes dos orilleros”.  Y también se dice, no Carriego claro, que allá por los años `30, el tango se bailaba entre hombres, porque según Borges, las mujeres no querían participar de un baile de perdularias. Si esto es sólo un mito o no, lo cierto es que en “Varón pa´quererte mucho” – frase extraída de los versos de Milonga sentimental, de Manzi y Piana- el espectáculo creado por Marisé Monteiro, el amor se vive entre hombres y más precisamente entre un guapo y un niño bien, o mejor dicho un bacán.

DEL ENTREDICHO AL HECHO

El guapo y el bacán primero se buscan, se desafían y el primero “pela”  un cuchillo, pero en medio del entredicho  y el hecho, las miradas se cruzan y estos varones parecen dispuestos a hacer resucitar los mitos tangueros en todas sus variantes. Poco después las piernas se entrecruzan, las miradas se encienden y entre cortes y quebradas, mientras suena el bandoneón, la guitarra y el piano con los acordes, entre tantos otros, de Fumando espero, los protagonistas se trenzan en un duelo de piernas, versos e interpretaciones de las letras cantadas, que dan cuenta de dos vidas no destinadas al olvido, sino más bien a estar unidas a pesar del feroz epíteto de “maricón”, dicho con la violencia del que discrimina pero esconde el oscuro deseo de la envidia.

AUTORAMUY PREMIADA

En este nuevo musical, Marisé Monteiro, una de las escritoras y dramaturgas más premiadas de la Argentina, reinventa el tango argentino a través de una nueva mirada, hasta el presente no observada en los espectáculos de este género: el tango bailado entre hombres y el amor que surge de ese roce de piernas entrecruzadas en el febril ritmo de la danza y su sensual coreografía, ya no reconoce sexos, sino el deseo de ser, de ser uno. El barrio, el compadrito, el guapo, el niño bien, la madre querida, son revistos por Monteiro, mediante un admirable y sorprendente entramado de letras de tangos, que van conformando una historia romántica como cualquier otra, sólo que es contada mediante frases y versos completos de tangos como El porteñito, Alma de tango, Naranjo en flor, o El día que me quieras, mientras el humor sutil, certero y sorpresivo para el público aparece entre otros instantes, cuando llega el Mama yo quiero un novio. O los versos del tema que da título al show con frases como: “Varón, pa´ quererte mucho, varón, pa` desearte el bien, varón, pa`olvidar agravios porque ya te perdone. Tal vez no lo sepas nunca, tal vez no lo pueda creer, tal vez te provoque risa verme tirao a tus pies”.

Monteiro a la que se le deben espectáculos señeros como ese living movie histórico al que tituló Cabildo mágico, en el edificio del Cabildo; La novia de Gardel, que con la admirable Ana María Cores paseó hasta por Medellín, Colombia; o Amores
de tango y Amores de tango. La verdadera historia de Madame Yvonne y el inolvidable Borges para niños. El libro de los seres imaginarios o Peter Pan, crea un espectáculo en el que recupera la esencia del tango, desde una inteligente y creativa mirada y lo hace con sutileza y creatividad femenina, desafiando los cánones del género y haciéndole un guiño al espectador (que cada noche de viernes, a sala llena, se emociona, ríe y aplaude con ganas), que por primera vez puede descubrir otra cara de nuestra canción ciudadana, sin traicionar su esencia, ni lo políticamente correcto.

ENTRE CANDILEJAS

En medio de una escenografía en formato de un extenso friso que simula ser el patio embaldosado de un viejo conventillo, con candilejas que iluminan a los músicos Juan Manuel Bevacqua (piano, guitarra y voz), Sebastián Abadie (guitarra) y
Guillermo Destaillatsen (bandoneón) – admirables en su performance de acordes y melodías- y a uno de los costados el viejo frente de un conventillo, en el que se ubica la habitación del guapo; mientras en la otra punta se erige ese frente con un balconcito y plantas de la casa del bacán, se desplaza el excelente dúo de los gemelos Ariel y Pablo Juin (los mismos que acompañan a Griselda Siciliani en la exitosa “Sugar”).

Con formación clásica, los Juin se mueven como peces en el agua en este musical y contagian entusiasmo al observarlos cómo disfrutan cada instante con pasos de comedia, cortes y quebradas tangueras o giros de neoclásico, perfectamente ensamblados mediante las coreografías de  Juan Pablo Bulich y Rocío García Liendo. Los gemelos Juin actúan, cantan, recitan, interpretan sus letras apelando a una rigurosidad escénica, perfectamente diseñada por el director Nacho Medina, lo que les permite un lucimiento a pleno. Medina consigue potenciar mediante un ritmo sin figuras, las variantes de una relación que va del enamoramiento al enojo y de la discusión a la reconciliación, en un constante crescendo dramático que
mantiene atento y expectante al espectador que se deja cautivar por las letras de esos tangos que se convierten en una vorágine de gratificantes recuerdos.

UNA CITA OBLIGADA

El musical se presenta los viernes, a las 22.30, en el Tándem bar del Cultural San Martín, Sarmiento 1551 y previamente a la función se puede cenar un menú, con platos que parte de típicos de la Argentina de los años ´30, que incluye una entrada, titulada Malevo; el plato principal, llamado Bacán o el postre Naranjo en flor.

Calificación: Excelente !

Juan Carlos Fontana

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