En una guerra, una victoria rápida es el objetivo principal. Si tarda en llegar, las armas se desafilan y la moral de combate se deprime. Si las tropas atacan ciudades, su fuerza se agotará. Cuando el ejército emprenda campañas prolongadas, los recursos del Estado resultarán insuficientes. Cuando sus armas se emboten y el ardor se amortigüe, su fuerza se consuma y el tesoro se diluya, los caudillos de los Estados vecinos aprovecharán su crisis para actuar. En ese caso, ningún hombre, por experto que sea, podrá evitar las desastrosas consecuencias subsiguientes
El arte de la guerra. Sun Tzu