“Dogman” Un asesino travestido, muy bien custodiado por perros amaestrados

Una escena provoca desconcierto: un perro lleva en su hocico, dentro de una bolsa de polietileno ensangrentada, el dedo de un hombre. El animal luego de atravesar varias calles, lo vemos ingresar en una comisaría. Esa es la primera pista que conducirá a los uniformados a encontrar a un muchacho encerrado con decenas de perros y con un fragmento de dedo colgando y desmayado de dolor. Poco después la policía descubre a un hombre y un joven y los arresta. Son el padre y el hermano de la víctima, un niño que fue abusado y maltratado por su padre y su hermano. A la madre del niño, el hombre de la casa, un criador de perros de pelea, le pegaba tanto como al niño y la mujer huyó del hogar.

Este nuevo film de Luc Besson refiere al abuso familiar, la venganza y la capacidad de supervivencia de un niño que fue víctima de maltrato y abuso de su familia. A pesar de ese calvario, el protagonista logra reinventarse, según el guión del mismo Besson, de una manera elocuentemente asombrosa. Tanto que quizás desconcierta al espectador, por los insólitos giros que el cineasta francés le practica a la historia. La que en cada vuelta de página reinventa a la víctima, poniendo en práctica resoluciones tan extravagantes, como casi farsescas. Sólo que Besson se toma muy serio su relato.

En verdad la trama gira a través de una continuidad de flashbacks que hacen evolucionar la historia y de la que son sus principales intérpretes Caleb Landry Jones y Jojo T. Gibbs, vale decir Douglas, víctima del padre golpeador y su psicoanalista, que dialogan en un cuarto de la cárcel, a la que el pibe, ya mayor, fue llevado y acusado de asesinatos y robo de diamantes.

Dogman te atrapa de principio a fin y no es la primera vez que Besson intenta sorprender al espectador con resoluciones dramáticas y personajes de actitudes desconcertantes. Vale mencionar sólo dos films La Femme Nikita y El Profesional. Pero en este caso, quién logra sostener de manera tensa e inquietante el hilo narrativo, es un actor de actitudes únicas, como Caleb Landry Jones, el que es capaz de transformarse desde un despiadado asesino, a convertirse en una drag queen, que se sabe de principio a fin las obras de Shakespeare, e interpreta magistralmente en un burlesque, a Edith Piaf y a Marlene Dietrich. Con inserciones que parecen extraídas de una farsa al estilo Los tres chiflados, el gran Besson hasta se anima a meter un trio de matones, en típica parodia de un western mexicano, a los que los perros les provocan insólitas mordidas, muy bien premeditadas.

Besson dice que se inspiró en hechos reales para su guión. Lo cierto es que el realizador de Arthur y los minimoys, había visto actuar a un actor de los kilates de Caleb Landry Jones en la muy inquietante Nitram (2021), un true crime. A la vez que se podría decir que Dogman (hay otro film de igual título de Matteo Garrone, 2018), es una revisión inspirada en Danny The Dog, de 2005, que escribió Besson y dirigió Louis Leterrier, con Jet Li, el luchador de artes marciales, cuyo personaje se comportaba como un perro.

Título original: Dogman Dirección y guión: Luc Besson Intérpretes: Caleb Landry Jones, Jojo T. Gibbs, Christopher Denham, Clemens Schick, John Charles Aguilar, Grace Palma Origen: Francia/Estados Unidos (2023) Duración: 113’ Publicada en Diario Perfil

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