Marúnica -reportaje a una pintora española- es una obra de arte, en su ensamble de texto, interpretación y esa partitura notable, única, que Cecilia Hopkins sabe imprimirle a cada uno de sus espectáculos, con sus conocimientos de danza antropológica y teatro oriental. Hopkins es guiada en este espectáculo por otra artista notable: Ana Alvarado, qué, entre sus múltiples creaciones artísticas, perteneció y fue una de las creadoras de El Periférico de Objetos.
Alvarado y Hopkins no dejan de asombrar a lo largo de la hora que dura el espectáculo. El ensamble entre la directora y la actriz provocan un regocijo mágico de creatividad escénica, que el público observa azorado. Marúnica -que refiere a la pintora española Maruja Mallo, amiga de Lorca, amante, si no nos equivocamos del mítico Rafael Alberti, compinche de aventuras de Pablo Neruda-, se yergue en escena a través de una imagen impactante que le imprime Cecilia Hopkins, en su máximo esplendor interpretativo, dramático. La actriz, exquisitamente dirigida por Ana Alvarado, se entrega al personaje, provocando en ella misma, una especie de Arco Iris emocional, en el que pueden observarse todos los “colores”, por decirlo así, de una vida.
Entre sus confesiones, algunas casi en un susurro, otras con voz enérgica, Maruja Mallo, mujer entre varios hermanos, tuvo que aprender a abrirse paso para resistir el vendaval machista de la época. Tampoco nos olvidemos que en su apogeo también estuvo la Guerra Civil, el exilio, que obligó a Maruja Mallo, a llegar a Buenos Aires, en dónde fue recibida en el puerto por Victoria Ocampo. Una anécdota de Mallo-intérprete, se convierte en un hecho tan curioso, como increíble. Ella, la Mallo, en la piel de una Hopkins encendida en una partitura gestual, de movimientos, silencios, emociones y recuerdos, que no deja de asombrar con sus miradas, sus movimientos de manos, detalla que se iba a la confitería del Hotel Alvear y le llevaba a las señoras de la alta sociedad, innumerables cuadros de todos los formatos, para que ellas se los compraran. Asombradas por aquellos trazos de corte surrealista, exquisitos, perfectos, de un trazo admirable, hacía que las mujeres le arrebataran las pinturas a una Mallo, que contaba sus billetes, imaginando como continuar haciendo de su subsistencia, en un mundo algo hostil para las mujeres solas, en aquella época, algo agradable. Que le posibilitara no perder su brújula de continuar aprendiendo, enamorándose, dejándose vivir, vivirse. Porque eso es lo que hizo Mallo fue construyendo su existencia en base a un aprendizaje constante y a una avidez por el conocimiento únicos, sin perder la brújula de enamorarse un caballero aquí y allá.
Marúnica -reportaje a una pintora española- es un oasis creativo. Un espectáculo dirigido por Ana
Alvarado, que le aporta a Hopkins sus enseñanzas en la manipulación de muñecos y objetos y la guía por las ríspidas y agradables aguas de un manantial de vida, que a través de cada frase que dice y comenta la actriz en escena, no deja de asombrar. La excusa del espectáculo es filmar un documental sobre la vida de la artista. Eso permite ir mechando la pieza de imágenes de cuadros, unos más admirables en su creatividad que otros, como aquella serie que hace recordar a las Pinturas Negras, de Goya, inventariadas a principios del 1800.
Marúnica es una obra de teatro que acaricia el alma de quienes aman el arte con mayúsculas y Cecilia Hopkins y Ana Alvarado y el equipo que las acompañan parecen haber encontrado el punto exacto para se produzca esa magia que siempre, quiérase o no, buscamos los que estamos sentados en la platea. Hopkins a la que se disfrutó en tantas otras creaciones teatrales (Gemma Suns, 2009, inspirada en el cuento Emma Zuns, de Borges; Milonga desierta, 2005; La memoria de Federico, 2017, o La celebración de Maruja Sáenz (2023), la compañera de Simón Bolívar) se transforma totalmente en escena y como especie de “antorcha encendida”, que a veces logra calmar por instantes su llama creativa, se arrebata de pensamientos, de gestos, de confesiones no exentas de cierta picardía y a través de ella, podemos presentir algo de aquella España de los años oscuros.
En algunas imágenes la actriz, logra acercarnos algunas reminiscencias de la inolvidable María Casares, en otras, vemos a una incansable luchadora, que supo teñir su vida, aparentemente, en una existencia, a la que le añadía sus travesuras y su incansable sed por aprender nuevas técnicas en los trazos, en la combinación de colores. Todo lo que hace Maruja Mallo en escena, nos conduce a un vértice en el que subyace la admirable vida y el sacrificio que tuvo que hacer una mujer para convertir su existencia en un regocijo para su alma. No te la pierdas, pocas veces un espectáculo se vuelve tan atrapante, tan encantador, tan mágico.
Calificación: Excelente
Juan Carlos Fontana
Ficha técnica:
Marúnica -reportaje a una pintora española-, escrita e interpretada por Cecilia Hopkins. Dirección: Ana Alvarado. Vestuario: Roxana Ciordia. Iluminación: Horacio Novelle. Diseño y realización de utilería para títere: Román Lamas. Duración: 60 minutos. Sala: Centro Cultural de la Cooperación: Corrientes 1543), los viernes, a las 20.30.